diciembre 07, 2007

Presentación de "Los hijos de la Luz" en Ciudad del Este, Paraguay


Escribir es un acto muy solitario, es como un viaje al interior de uno mismo, similar al proceso de iniciación masónica, donde uno se encuentra con toda su experiencia, recuerdos, y lecturas de las obras que nos hicieron quienes somos. De este camino nació Los hijos de la Luz que esta noche tengo el gran placer de presentarles.

Encontrarnos aquí no hubiera sido posible sin el aliento y apoyo de mis hermanos y hermanas masones. Este libro probablemente hubiera llegado a Ciudad del Este como un intruso, sin presentación. Gracias querida familia.

Quiero extender mi agradecimiento a Marco Patussi, quien gentil y desinteresadamente nos facilitó este salón para encontrarnos y hacer posible este evento.

Peri mi mayor reconocimiento es para ustedes, porque son ustedes los que dan vida y continuidad a mi obra. Comprendo que estar en la presentación de un libro sobre Masonería no es fácil, lamentablemente aún vivimos muchos prejuicios culturales que desprecian la libertad de asociación, religiosa e ideológica, y ven con ojos totalitarios el derecho a la libre expresión de la personalidad y a la formación de la propia identidad, a pesar de que estos derechos estén consagrados en nuestra Constitución Nacional.

Esto es un problema cultural. Justamente de la cultura masónica trata este libro. La cultura entendida como los valores, usos, costumbres y creencias que determinan la identidad de los maestros masones. Y me refiero a maestros, en su sentido genérico, varones y mujeres, pues es en esta etapa donde se cierra el círculo iniciático, desde el nuevo nacimiento que promueve la Masonería en todos sus adeptos.

La Masonería ofrece ayuda y guía para que nos volvamos cada día más conscientes de que nada puede detener el impulso que motiva el progreso humano en su peregrinaje de la oscuridad a la luz, de la irrealidad a la realidad, y de lo perecedero a lo imperecedero. Es un despropósito ser masón y no preocuparse por estos temas, que son individuales y a la vez colectivos.

Más, en este viaje no es fácil avanzar sin tropiezos: el maestro puede embriagarse con los cantos de sirena del conocimiento fácil y aparente. Por eso, es menester distinguir el camino adecuado que conduce realmente al fondo de las cosas, de aquél que sólo conduce a un mundo de apariencia.

Para lograr esta empresa, es necesario conocer nuestra herencia iniciática, nuestro patrimonio intelectual. Esto se trata en los primeros capítulos. Una crónica que les conducirá a replantease sus creencias, dogmas y visión de la vida. Reivindico a Caín, a Tubalcaín y a la serpiente del paraíso, portadores de una tradición que va en sentido contrario a todos los dogmas que impiden el progreso humano. Investigué profundamente la Biblia para desenmascarar las versiones que confunden las ideas liberales, el afán de progreso, el culto al trabajo y la búsqueda del conocimiento, con el culto diabólico del espíritu.

La misión principal de la Masonería es enseñar la ley de evolución y del progreso, el hombre hacia la perfección. No es posible hallar una verdadera interpretación de la Masonería si no se relaciona su sistema estrechamente con el proceso evolutivo de la humanidad. Todo en ella gira en torno de un progreso gradual de la oscuridad a la luz y todo lo que la luz trae aparejado.

La finalidad de sus grados consiste en presentar al masón objetivos de evolución en vida, no para el mundo de las ideas, sino para concretarlos en la Tierra, por lo cual debe esforzarse a implementar. El camino evolutivo, en el cual se funda la Masonería, es, desde todo punto de vista, práctico y útil. Significa, para el que recorre, un progreso en capacidad mental, conocimientos, visión, sabiduría y fuerza espiritual que lo comprometen a volcarlos en bien de la humanidad.

La lucha entre el librepensamiento y el dogmatismo es el otro tema en esta obra. Les relato la persecución histórica que hemos sufrido los masones por pensar diferente, por tener otra visión del mundo. Y no solo desde las religiones, también gobiernos y partidos políticos buscan apagar la luz masónica, pues el dogmatismo no se da exclusivamente en las confesiones religiosas, sino en lo social que impide el desarrollo de nuevas leyes para el progreso humano de una república, y en lo político, para evitar el disenso, e imponer la ley del ignorante prepotente.

El intento de eliminación del Otro, nosotros, se inició antes de la abolición de los Templarios, y aun hoy mis hermanos y hermanas de fe católica se encuentran en estado de pecado grave por ser a la vez masones. A pesar del avance científico, hoy los dogmas religiosos impiden la elaboración de leyes que permitan el control de la natalidad.

El Otro, los Otros, son calificativos que se pueden entender de muchas maneras y usar en los más diversos sentidos y contextos. Por lo que a mí respecta, lo uso para diferenciar al librepensador del dogmático. Para el dogmático el Otro constituye una amenaza, simplemente por ser diferente; para lo cual, construye una muralla para separarlo o intenta conquistarlo con el fin de someterlo a sus ideas. Si fracasa en estas empresas, busca eliminarlo.

Por nuestra parte, los librepensadores, anhelamos conocer al Otro porque comprendemos que le necesitamos para conocernos a nosotros mismos. Solo así podemos compararnos, medirnos, competir y desarrollarnos. De allí que la Masonería se transformó en el centro de unión de la humanidad, porques es contraria a aislarse del Otro. En su seno vive la diferencia, con un marco de respeto y es precisamente esta tolerancia a lo diferente es lo que la hace universal, a pesar de que algunas corrientes masónicas no comprendan este sentido.

En el mundo posterior al 11 de setiembre de 2001, la religión ha salido de lo privado para estar presente en el espacio político más que nunca. El retorno de lo religioso exige fortalecer la laicidad por medio del librepensamiento sólido, fundamentado, y rescatarla del silencio sistemático en que la ha sumido la historiografía.

En la obra, demuestro que el dogma ata al ser humano y lo imposibilita a realizar su principal meta aquí en la tierra: La búsqueda de su propia felicidad. Particularmente considero que la filosofía masónica es una opción para la formación humana que hoy el mundo necesita, un mundo conectado y muy relacionado, donde justamente la falta de tolerancia y formación sobre las ideas religiosas fomenta el odio. Ella, la Masonería, procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes.

La fascinación del público por las conspiraciones políticas dentro de la masonería no está ausente en este volumen. Explica cuáles son las ideas, los pensamientos y la identidad de los hombres que participaron en la organización del mundo y qué influencias tienen actualmente en las decisiones de los Estados. Particularmente les presento mi visión de la participación de los masones en la política nacional, con sus aciertos y errores, humanos al fin.

A pesar de que los masones siempre hemos sostenido que se puede ejercer la política individualmente pero sin comprometer a la Orden, lo cierto es que el fenómeno sociológico que ha sido la Masonería reviste características políticas innegables. En América, de norte a sur y en Europa de oeste a este, a la Orden se le presenta en gran medida a partir de referentes ligados a luchas independentistas y a la gestión necesaria para la consolidación de las libertades públicas y privadas en nuestros pueblos. Los nombres de los héroes de nuestra independencia y de los presidentes que han sido masones son de frecuente mención en nuestras charlas cuando de presentar la institución se trata; entonces, cómo negar que la Masonería participe en la política. Si bien hoy, las acciones son distintas, el mensaje es el mismo, mensaje que está presente en la obra, y particularmente en el capítulo “La participación política”.

Tal vez uno de los capítulos más interesantes de la obra, la participación de la mujer en la Masonería, las hijas de la luz, como particularmente las denomino. Cuando surgió la masonería moderna, en el Siglo XVIII, la mujer no estaba económica, social, ni políticamente emancipada del varón, y las Constituciones de Anderson que dieron el puntapié inicial de la Francmasonería Moderna no las tuvo en cuenta.

La participación de la mujer renació en Francia, hacia 1730, sólo cinco años después de la aparición de la masonería modera en este país. Pero será en 1893 cuando surge la corriente más progresista y liberal de la Masonería mundial, la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain, obediencia que tiene representación en Paraguay, inclusive aquí mismo, en Encarnación.

Explico que la participación de la mujer renació, pues ella era tanto o más importante que el hombre en los cultos y creencias antiguos. Y ello adquirió también significado en la vida social e incipientemente comunitaria, hasta llegar a las diversas formas de matriarcado.

De la Antigüedad, en la Mesopotamia y Egipto, el culto a la diosa Naturaleza pasó a la Europa mediterránea. Durante millares de años la religión del área mediterránea y Europa desde Anatolia hasta el Próximo Oriente, expresó el culto a la Diosa, metáfora de la naturaleza, y sus ciclos representaron la vida, la muerte y la regeneración.

Hoy en el mundo occidental, y cada vez más en el resto del planeta que habitamos, la presencia y participación de la mujer se consolida en todos los ámbitos, y cada vez más se entiende, a pesar de lo difícil de la transición, que el mundo se construye a partir de las dos columnas humanas sobre las que se asienta el futuro: el varón y la mujer, con sus diferencias y semejanzas, porque ambos por igual forman parte de aquello más grande que es la humanidad.

Ante estas definiciones, los hermanos de obediencias masculinas deben ampliar sus fronteras de inclusión, hacer honor al lema “libertad, igualdad y fraternidad” y permitir legalmente la participación de la mujer en sus trabajos, bajo lo mismo derechos y obligaciones que los varones. No pueden seguir escondiéndose tras cortinas de antropología trasnochada o ideas producto de miedos y temores subjetivos. Deben dar un paso adelante que, reconozco, para muchos significará un importante cambio en sus estructuras mentales. Queramos o no, estemos de acuerdo o no, llegó el tiempo de posicionarse en este asunto que divide a la Masonería universal en dos bandos antagónicos, cuando ella pretende ser el centro de unión de la humanidad.

En conclusión, este libro es una invitación a reflexionar sobre la evolución del conocimiento humano desde una perspectiva diferente y a encontrar el sentido de libertad, a pesar de que su sentido sea tan antiguo como el hombre mismo.

En fin, demostrarles que seremos esclavos de nosotros mismos y susceptibles a circunstancias limitadoras solo hasta que tomemos conciencia de que el ser humano es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros, y que la búsqueda del propio interés racional y de nuestra felicidad es el más alto propósito en la vida.

Muchas gracias.

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